En este casi centenar de piezas, Marías se muestra tan combativo e irreverente como de costumbre, y lo hace cuando era más oportuno: durante una etapa de nuestra historia algo sombría, que tuvo su máxima expresión trágica en los atentados madrileños del 11 de marzo de 2004. A los columnistas, dice Marías, «hay temporadas en que la realidad se nos impone en exceso, y hasta nos parece inmoral no referirnos a los acontecimientos graves en que nos hallamos inmersos todos».