En su primera intervención en la televisión Al Jazira de Qatar, Osama Bin Laden ofreció indicaciones sobre la situación histórica del islam. Al evocar «ochenta años de humillación de los pueblos musulmanes», hacía alusión, evidentemente, al fin del imperio otomano y del califato. Remitía también al sometimiento de Oriente Próximo por parte de Occidente (Siria, Palestina, Irak, Jordania, Líbano) que marca el fin de la unidad de un mundo. ¿Se pueden explicar los últimos acontecimientos como un desafío que el islam ha lanzado contra Occidente? ¿Se trata de una vuelta al islam que desde Occidente nunca nos hubiéramos imaginado? ¿Cómo explicarlo sin acudir a lo que Marc Ferro llama «traumatismos» que el islam ha conocido a lo largo de los siglos precedentes?\n
Marc Ferro, historiador francés, ha centrado sus investigaciones en la historia europea de principios del siglo XX, especializándose en la historia de Rusia, de la Unión Soviética, así como en la historia del cine. Es director de estudios en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París.