ANDRÉ, CHRISTOPHE
«¿Acaso es mi profesión de psiquiatra, mi predilección por lo íntimo o mi interés por la psicología de las emociones lo que me atrae hacia la pintura? No sabría decirlo, pero me gustaría iniciar al lector en esta experiencia y sus beneficios: situarse ante un cuadro, guardar silencio, permitir que la pintura te hable, te posea?
En este libro vamos a reflexionar y meditar juntos a partir de veinticinco cuadros: veinticinco imágenes que encarnan los rostros, las formas y los gestos de la felicidad; veinticinco lecciones que proponen avanzar en el camino que conduce a una vida más feliz. Y es que la felicidad se puede aprender.»
Christophe André
Cristophe André nació en Montpellier; su padre era marino y su madre, profesora. Tal vez de ahí surja su pasión por la psicología de las profundidades y la pedagogía. A una edad muy temprana lee la obra de Freud y decide dedicarse a la psiquiatría. Durante quince años, practica la medicina y el rugby en Toulouse. Se traslada después a París, sustituye el rugby por la escritura y publica numerosos ensayos. Profesor de la Universidad de París X, ejerce en el hospital Sainte-Anne, en una unidad especializada en el tratamiento de trastornos emocionales, ansiosos y depresivos. Recibe a muchos pacientes para quienes la felicidad no resulta tan sencilla. Les acompaña en el camino de la construcción de sí mismos y les enseña a desarrollar sus capacidades para vivir más felices. Le gusta buscar en los museos y en la obra de los pintores instrumentos terapéuticos para ayudarles.