Contra la opinión familiar, el padre decide enviar a su hijo mayor a una escuela militar. Comienza entonces la odisea para ese niño que no cree merecer el castigo al que lo someten, un exilio prematuro. Adiós, pues, a la vagancia vespertina, a los romances escolares, al regazo materno, a la aventura cotidiana de barrio pobre, a la escuela primaria donde no es necesario cargar un fusil o recibir órdenes de soldados. A sus once años, el joven cadete comprobará que su nuevo colegio no es una metáfora del mundo, sino el mundo mismo saturado de ambiciones y crueldades inútiles: una penitenciaría. Nos encontramos en la Ciudad de México a principios de los años setenta. los últimos tranvías de la época recorren con parsimonia las avenidas principales y la población del país comienza a crecer de un modo desmesurado. Situada en el centro de esa mirada impía, que define el estilo de Guillermo Fadanelli, Educar a los topos es en gran parte autobiográfica, maliciosa, testimonio de aquellos años donde, para sobrevivir, el protagonista de la novela no contaba con más compañía que su imaginación y sus miedos.
Guillermo Fadanelli nació en Ciudad de México, en 1963. En 1989 fundó la revista Moho, que sigue dirigiendo. Entre otros empleos memorables tuvo el de vendedor de bienes raíces, arriero, vendedor de árboles navideños en una esquina de Nueva York; también atendió en el mostrador de una pastelería en Madrid. Es autor de relatos y novelas y ha colaborado en las más diversas publicaciones: desde fanzines hasta diarios de gran circulación.Foto © Maria Teresa Slanzi