Muchas obras literarias han localizado sus argumentos en Sevillam una ciudad que por la diversidad de su historia se presta a servir de marco a muy distintos ambientes y conflictos. De esa larga serie de títulos han surgido tres personajes que han perdurado en el tiempo, atravesando fronteras geográficas y culturales hasta convertirse ensímbolos universalmente reconocidos. Don Juan, que se origina en la Sevilla barroca, encarna la imagen de un hombre cuyo poder de seducción se une a su capacidad para burlar y transgredir normas y principios morales. Fígaro, un barbero popular que, gracias a su astucia, desenvoltura y atrevimiento, consiguen que triunfen los difíciles amores de un aristócrata, que se ve oblifgado a recurrir a él, mostrando así tanto su decadencia como el nuevo poder de la antigua servidumbre. Finalmente, Carmen, la gitana y cigarrera de Triana, encarna en la Sevilla romántica el nuevo papel de la mujer libre y seductora que preferirá la muerte antes de someterse al poder masculina. tres personajes que deben también su universalidad a la proyección conseguida por las más significativas óperas de Mozart, Rossini y Bizet.
(Algeciras, 1940) ha sido profesor de Literatura Española en las Universidades de Cádiz y Sevilla. Su docencia e investigación se han centrado en los siglos XVIII, XIX y XX. Participó en la fundación y dirección del Grupo de Estudios del Siglo XVIII de la Universidad de Cádiz. Entre sus publicaciones destacan los ensayos El torero, héroe literario, La desventura de Carmen, Don Juan, Fígaro, Carmen, La reinvención de un cuadro. Goya y la alegoría de la Constitución de 1812 o La cara oscura de Andalucía, además de El Cádiz romántico y otras muchas aportaciones, una selección de las cuales fue recogida en el volumen De las luces al realismo. Ha preparado ediciones de Blasco Ibáñez, Cansinos Assens, González del Castillo, Chaves Nogales, Estébanez Calderón, García Gutiérrez o López Pinillos, entre otros, y traducido a autores como Bizet, Derrida o Foucault.
