En 1933 Curzio Malaparte dejó París y regresó a Italia, donde pasó meses en la cárcel y fue condenado a cinco años de deportación. En 1947, después de los catorce años más tristes y peligrosos de su vida, según los califica él mismo, regresó a Francia. Tras aterrizar junto a Roberto Rossellini en París, recorre con avidez todos los ambientes de la ciudad, que acaba de dejar atrás la segunda guerra mundial. Desde junio de 1947 hasta diciembre de 1948, Malaparte relata sus reencuentros con conocidos y amigos: escritores, editores, actrices, pintores y diplomáticos, al tiempo que afloran sus recuerdos del París de antes de la guerra y, sobre todo, toma nota de la transformación acelerada que experimenta toda Europa.
Curzio Malaparte (Prato, 1898 ? Roma, 1957), es el pseudónimo de Kurt Erich Suckert, periodista, dramaturgo, diplomático, narrador y uno de los arquitectos italianos más importantes del siglo XX. El apellido que eligió y que utilizó desde 1925 hasta su muerte, significa «aquel del mal lugar», y es, además, un juego de palabras con Buonaparte (Bonaparte). Combatiente en la primera guerra mundial, fue expulsado del Partido Fascista Nacional de Mussolini y enviado al exilio interno desde 1933 a 1938, para acabar sus días en posiciones ideológicas comunistas. Su notable conocimiento de Europa y de sus líderes, reflejado en varias de sus obras, se basa en su experiencia como corresponsal y como parte del cuerpo diplomático italiano. Sus dos libros más conocidos son Kaputt (1944) y La pelle (La piel, 1949).Liliana Cavani llevó La piel al cine en 1981. Esta adaptación cinematográfica la protagonizaron Marcello Mastroianni, Claudia Cardinale y Burt Lancaster.