Encerrados están en este libro aunque, eso sí, voluntariamente un montón de relatos: de palabras, ideas, imágenes, sueños... Un taller literario da de sí un tanto, incluido este encierro. Y los autores también se estiran, a veces hasta tocar la luna: no solamente quieren no morirse, sino que tratan de vivir muchas veces. Por eso sueñan, ¿no? Por eso soñamos hasta despiertos. Es que tejer quimeras, según parece, es la única cosa que las personas podemos hacer tanto dormidas como en vigilia. Casi mejor en vigilia. Casi mejor bajo una luna grande... Y hasta allí mismo, una vez desatadas las cuerdas: la caravana de los desvelados.