SANZ SANTACRUZ, VÍCTOR
La obra filosófica de Descartes y la de Kant enmarcan el principio el final de la época que se conoce en filosofía como moderna. La unanimidad en la atribución del calificativo de iniciador y «padre» de esta época filosófica a Descartes es ya un lugar común, y no menos unánime es la convicción de que el pensamiento de Kant, plenamente moderno, constituye un hito significativo, un verdadero «giro copernicano» que propone un nuevo método del pensamiento. Entre uno y otro se suceden, en el espacio de dos siglos, una serie de autores que se cuentan entre las grandes figuras de la historia de la filosofía y que se relacionan con dos tradiciones del pensar: racionalismo y empirismo. Con estos términos se designan las dos principales corrientes filosóficas que se desarrollan a lo largo de este período y que, pese a su aparente antagonismo, poseen en realidad un carácter complementario. Ambos confluyen en la Ilustración. ese movimiento cultural o ideológico que, por encima de todo, expresa una peculiar actitud, un espíritu que se extiende por Europa y el mundo occidental y cristaliza en un conjunto de rasgos inconfundibles que conforman la imagen de lo que entendemos por «hombre moderno».