Con esta antología Poliedro quiere dotar de un lugar público a una serie de escritores cubanos que quedó varada en una playa sin salida: lo que se ha dado en llamar la Generación del Mariel. Exiliados de la Isla, rechazados por los cubanoamericanos de Miami de posturas reaccionarias, silenciados por la industria editorial española e ignorados por la norteamericana por escribir en español. Como señala Iván de la Nuez en su prólogo, los marielitos resultan incómodos: «En momentos de una empalagosa sublimación de la cultura cubana por parte de los escritores cubanos y cubanoamericanos abonados a las recetas multiculturales, las historias de los marielitos no se dedicaban a soñar en cubano sino, y precisamente, a tener pesadillas miamenses. » Desde el núcleo de esa ruptura de la cubanidad han nacido las historias de este libro.