GONZALEZ FOERSTER,ALEJANDRO
Ordené lo poco que tenía que ordenar el viejo me había dejado la casa bien amueblada, con la ropa de cama ya tendida, todo limpio y acogedor, una delicia y, como ya era tarde y estaba muy cansado, me di un rápido baño y me dormí.\nPero algo me despertó de madrugada.\nEra un ruidito leve. nada importante, creo, para alguien menos maniático que yo. Como si un insecto o un animal pequeño rascara suavemente.\nLo más desconcertante era su ubicuidad. En un principio creí que provenía de la puerta. pero cuando me aproximé, pareció sonar desde la ventana.\nAsí estuve un largo rato, yendo de aquí para allá por todo el dormitorio e incluso por el resto de la casa, sin poder determinar de dónde venía el ruido.\nDe pronto, cuando creía que ya no iba a poder dormir, cesó de golpe.