Cuando estamos solos en la oscuridad, evitando pestañear para no perder detalle, posiblemente con nuestra piel blanca de miedo, las manos húmedas y preparados para cerrar los ojos cuando veamos el horror que se nos presenta delante, todos nuestros músculos se pondrán tensos, el corazón dará martillazos y en el estómago se nos hará un nudo tan enérgico que dolerá. Pero cuando percibamos que el terror es inminente las rodillas temblarán y sentiremos que las piernas están heladas. Cada músculo del cuerpo tratará de prepararse para la lucha o para la huida, mientras que la respiración contenida nos impedirá lanzar un grito pidiendo auxilio. En ese momento hemos perdido todo el control de nuestro cuerpo, al mismo tiempo que el cerebro nos recrimina por haber llegado allí. Y ese es el cine de terror, recogido abundantemente en este libro, en donde se han incluido biografías de actores y directores, así como cientos de fotografías, en ocasiones inéditas, aportando una base de datos actualizada y objetiva.