Sofía Federica Augusta de AnhaltZerbst nació en Stettin, Pomerania, en 1729. Poco sospechaban sus padres que esa niña, no del todo deseada la madre prefería un varón ni tampoco demasiado agraciada, ocuparía a la edad de treinta y seis años el trono de Rusia con el nombre de Catalina II y que la historia la recordaría como Catalina la Grande. Ya desde muy joven percibió que estaba llamada a cumplir en Rusia una misión política y social sin precedentes. Ambiciosa y dotada de una fuerte voluntad, no vaciló en abandonar su religión, aprender el ruso para sentirse más cerca de su pueblo y poner manos a la obra para imponer sus criterios. La zarina acercó Rusia al resto del mundo, enriqueció sus ideas liberales con la amistad de Voltaire, Diderot y D`Alembert, fue una mujer inteligente y lúcida, trabajadora inagotable, déspota ilustrada y, también, amante entregada. Henri Troyat, con la agilidad y maestría que le son características, plasma en esta biografía el irrefrenable ascenso al poder de una mujer de insólita y sorprendente personalidad.
Nacido en Moscú en 1911, Henri Troyat (seudónimo de LEv Tarassov) llegó con su familia a París en 1920, tras huir de la capital rusa a causa de la Revolución. Miembro de la Academia Francesa y biógrafo de fama internacional, Henri Troyat es un autor ampliamente reconocido y galardonado (ha recibido los premios Max Barthou y Goncourt, entre otros). Su estilo vivaz, las anécdotas que sazonan su narración y la curiosidad que despierta en el lector hacen de sus biografías dedicadas a grandes figuras históricas unas lecturas absorbentes y enriquecedoras.