En Cartas del sobrino a su diablo, homenaje explícito y devoto a la magna obra de C.S. Lewis, Juan Manuel de Prada brinda a los lectores un muy mordaz y penetrante análisis de la España azotada por el coronavirus. Y lo hace, como el propio título del libro sugiere, cediendo el protagonismo literario a Orugario, un demonio vanidoso y procaz al que se le ha encomendado la devastación de nuestro país. En epístolas dirigidas a su tío Escrutopo, Orugario detalla todos los ardides que ha ideado para infligir el mayor daño posible a los españoles, antaño tan apegados a los designios del Enemigo: el acre enfrentamiento entre el negociado de izquierdas y el de derechas, la degeneración de las residencias de ancianos en hórridos morideros, la idolatría de la ciencia, los experimentos de la biopolítica, la imposición de las mascarillas en todo contexto y la destrucción de la economía nacional para beneficio de una plutocracia de la que los gobernantes son serviles lacayos. Y todo ello mientras la fe de los hombres se apaga como una llama? ¿para siempre? Tal vez el mal, después de todo, no tenga la última palabra.
Juan Manuel de Prada nació en Baracaldo, en 1970, aunque pasó su infancia y adolescencia en Zamora. Con su primer libro, Coños (1995), y los relatos de El silencio del patinador (1995, ampliado en 2010) sorprendió a la crítica por su poderosa imaginación y su audaz uso del lenguaje. En 1996 debutó en la novela con la monumental Las máscaras del héroe, con la que obtuvo el premio Ojo Crítico de Narrativa de RNE. En 1997 recibió el Premio Planeta por La tempestad, que fue traducida a una veintena de idiomas y significó su consagración internacional, después de que la revista The New Yorker lo seleccionara como uno de los seis escritores más prometedores de Europa. Su tercera novela, Las esquinas del aire (2000), también fue recibida con entusiasmo por los lectores y la crítica, así como Desgarrados y excéntricos (2001). La vida invisible (2003) recibió el Premio Primavera y el Premio Nacional de Narrativa, y con El séptimo velo (2007) se alzó con el Premio Biblioteca Breve y el Premio de la Crítica de Castilla y León. Ha obtenido los más prestigiosos reconocimientos del periodismo literario, entre otros los premios Mariano de Cavia o César González-Ruano