COIRA, PEPE
Ésta es la historia de un hombre que vivió apasionado por el cine. Antonio Román, que se aplicó a hacer películas durante cuarenta años, aprendió todo el cine que se puede aprender viéndolo desde una butaca. Ni el tiempo ni el lugar en que lo hizo la España que fue de 1930 a 1970 eran los más propicios. Un recorrido desde las vanguardias hasta la nouvelle vague o, de otro modo, desde la república hasta el franquismo de los tecnócratas. En ese tiempo dirigió películas para casi todos los gustos. La más famosa es Los últimos de Filipinas, la que lo marcó como cineasta oficial. Pero en su obra también caben documentales flahertianos El hombre y el carro, melodramas clásicos La casa de la lluvia, La vida encadenada, comedias alocadas Intriga, La fierecilla domada y más convencionales, dramas sólidos Los clarines del miedo, Madrugada, thrillers, musicales, coqueteos con el neorrealismo y con el cine de estudio, cine bélico y western, ... La de Román es una obra tan sorprendentemente variada como oscurecida por el paso del tiempo. Revisarla y saber de las circunstancias en que se produjo son el objeto de este libro, dedicado a un hombre que amó el cine por encima de todo.