Huellas, collages, arena, madera, tierra, cuerda, palabras, letras: el repertorio de Tàpies es infinito. Miró le animó a utilizar todo tipo de formas y materiales. Y aún más en un entorno privado de sentido el de la postguerra españoladonde la realidad oficial nada tenía que ver con lo real. Sorprendentemente, la verdadera realidad reivindicará su preeminencia, la expresividad de unos materiales cada vez más orgánicos, y dotará más de materialidad que de significación a su pintura.