Juan Enrique Pestalozzi (1746-1827) es universalmente conocido como pedagogo (teórico) y educador (práctico) que trabajó, dedicando su vida al bien de los demás, promoviendo el progreso de las capas más bajas y desfavorecidas del pueblo.
Pestalozzi es no sólo un pedagogo clásico, sino también un importante escritor suizo de la época de la Ilustración, muchas de cuyas obras son de carácter social. En ellas hace una dura crítica a los defectos de la sociedad del Antiguo Régimen, tales como la explotación del pueblo, los abusos de poder, la falta de derechos humanos y la arbitrariedad en la administración de justicia. Preludiando la Revolución Francesa, proclama los valores de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad, y concibe la educación como el medio idóneo para hacer que el pueblo supere la pobreza y la ignorancia y pueda vivir feliz en unos hogares dignos.
Todo esto es lo que expone en los escritos que constituyen el presente libro, que tocan muchos aspectos, desde la organización de una institución para educar a niños pobres, hasta consideraciones sobre las clases sociales y sus funciones, la estructura de la sociedad, las costumbres del pueblo, el comercio y la economía, la constitución política del país y la religión como promotora del orden social.
El pensamiento de Pestalozzi expresa un humanismo y un sentido social que le confieren perenne actualidad.
JOHANN HEINRICH PESTALOZZI (1746-1827), pedagogo de la Ilustración, protagonizó una renovación educacional inspirada en una mayor plenitud humana, tanto por lo que respecta a la dimensión personal del individuo como a su dimensión social. Sus doctrinas pedagógicas, en efecto, tienden a conseguir un desarrollo integral de la persona y, al propio tiempo, a hacer de ésta un miembro útil para la sociedad: una sociedad más justa, más progresista y más igualitaria que la sociedad de épocas anteriores. Además de teórico, Pestalozzi fue un práctico de la educación, constituyendo un símbolo del maestro entregado vocacionalmente a su noble misión. La aureola que circunda la imagen de este pedagogo suizo proviene sobre todo de su amorosa dedicación a la labor educativa. Pero, más allá de esa calidad humana, formuló unos principios que han contribuido a fundamentar la educación moderna, y que han hecho de él un clásico del pensamiento pedagógico.