Tomás Moro no inventó la utopía como género literario, pero su Utopía le ha dado el nombre. No se puede negar que la propuesta del escritor innovó significativamente la literatura política. Utopía es una crítica al orden social establecido en la Europa de la época, pero el sistema político que propone y describe es también una alternativa al mismo. Moro es racional, analítico, irónico y justiciero. A problemas reales contrapone soluciones imaginarias y es aquí donde radica la contradicción de la obra, al considerar lo que en realidad es un ejercicio literario de denuncia moral como un programa político que, revolucionario en sí mismo, no admite la revolución ni la disidencia.
El hecho de que Moro obvie en sus planteamientos el reconocimiento de la libertad humana confiere a Utopía la irracionalidad de la que huye. Porque «más allá de la utopía colectivista siempre está el ideal de la persona libre», y Pedro Voltes proporciona al lector todas las claves para que pueda hacer su propia interpretación.
Tomás Moro (Londres, 1478 - Londres, 1535) fue un pensador, teólogo, humanista, escritor y ejerció como lord canciller de Enrique VIII durante tres años. En mayo de 1532, dimitió de este puesto. Esperaba así apartarse del conflicto político y religioso para disfrutar el resto de sus días en su casa de Chelsea, con su esposa Alice, su familia y sus libros. Pero el 13 de abril de 1534 se negó a prestar el juramento de sucesión exigido por Enrique VIII y unos días después fue llevado a la Torre de Londres prisionero del régimen Tudor. Moro jamás volvería a su casa. Catorce meses más tarde, fue juzgado en Westminster Hall, declarado culpable y condenado a muerte. Cinco días después, el 6 de julio de 1535, fue decapitado.