La poesía envuelve (como la placenta al feto, como la manta al aterido de frío) toda la obra de José Manuel Caballero Bonald, desde la narrativa o ensayística hasta la estrictamente poética. Poesía que se ocupa de que a las palabras no les falte de nada en su arduo camino hacia el significado: capacidad amatoria, conciencia cívica, memoria, el bastón de la filosofía, buenos materiales para avanzar o para construir mundos, la linterna de la historia. Poesía, también, como celebración de la existencia, como el homenaje mutuo que se hacen el lenguaje y la vida (y el lenguaje y la muerte), como ojos serenamente abiertos al misterio. Sesenta años de poesía exigente y moral que han situado a José Manuel Caballero Bonald, Premio Cervantes 2012, en el centro del panorama literario hispánico, ese laberinto de voces dentro del cual la suya resuena nítida, unánime y feliz.
Esta antología, titulada como un poema de uno de sus libros más emblemáticos, Laberinto de Fortuna, está realizada por el propio poeta, lo que la coloca en un lugar destacado de su bibliografía, y abarca desde su primer libro, Las adivinaciones (1952), hasta el último, Entreguerras o De la naturaleza de las cosas (2012). Un recorrido por las obsesiones, los paisajes, las imágenes y las ideas de uno de los más grandes creadores de la lengua castellana, un poeta que, en el trance de escuchar el aviso de las sombras, en vez de apagarse aún se hace más luminoso y necesario.
José Manuel Caballero Bonald nació en Jerez de la Frontera en 1926. Su padre era cubano y su madre pertenecía a una rama de la familia del vizconde de Bonald -el filósofo tradicionalista francés- radicada en Andalucía desde fines de siglo. Fue profesor de literatura española en la Universidad Nacional de Colombia y en el Bryn Mawr College y trabajó en el seminario de lexicografía de la Academia de Lengua. Ha obtenido los premios de poesía Platero, Boscán y Reina Sofía, y los de novela Biblioteca Breve, Ateneo y Plaza & Janés. También ha recibido en tres ocasiones el Premio Nacional de la Crítica, dos como poeta y una como novelista. Es autor, entre otras obras, de los poemarios Las adivinaciones (1952), Las horas muertas (1959), Descrédito del héroe (1977), Laberinto de Fortuna (1984) y Diario de Argónida (1997) y de las novelas Dos días de setiembre (1962), Ágata ojo de gato (1974), Toda la noche oyeron pasar pájaros (1981), En la casa del padre (1988) y Campo de Agramante (1992). También en Alfaguara ha aparecido la segunda parte de sus memorias, La costumbre de vivir (2002).