HILLMAN, JAMES
De todas las ramas del psicoanálisis, la más sorprendente es, sin duda, la que anuncia su disolución; y de todos los representantes de esta tendencia el más controvertido es, sin duda también, James Hillman, porque su particular cuestionamiento de la labor terapéutica tradicional no proviene de disciplinas que discrepen, o puedan discrepar, con la psicología profunda (psiquiatría, filosofía, sociología, etc.), sino de la propia psique, como demostrará este libro. La obra de Hillman parte de tres intuiciones fundamentales de Jung (la psique crea la realidad cada día; la psique es imagen; la psique es una pluralidad de arquetipos) que se desarrollan y amplifican en una obra que no es sólo la aportación más innovadora de la psicología profunda de los últimos años, sino también una formidable literatura al servicio de la imaginación, sus raíces mitopoéticas, su inmanencia y ubicuidad y, en fin, su capacidad de devolvernos a los dioses (las imágenes arquetípicas) que nos arrebató la monolatría, una monolatría que, incapaz de convivir con ellos, sigue hoy activa en el imperialismo que ejerce el ego sobre la diversidad de perspectivas de la conciencia.
Sigmund Freud (1856-1939) fue un médico y neurólogo austriaco, creador del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del s. XX. Su interés científico inicial como investigador se centró en el campo de la neurología, derivando progresivamente sus investigaciones hacia la vertiente psicológica de las afecciones mentales, de la que daría cuenta en su práctica privada. Estudió en París con el neurólogo francés Jean-Martin Charcot las aplicaciones de la hipnosis en el tratamiento de la histeria. De vuelta en Viena y en colaboración con Joseph Breuer desarrolló el método catártico. Paulatinamente, reemplazó tanto la sugestión hipnótica como el método catártico por la asociación libre y la interpretación de los sueños. De igual modo, la búsqueda inicial centrada en la rememoración de los traumas psicógenos como productores de síntomas, fue abriendo paso al desarrollo de una teoría etiológica de las neurosis más diferenciada. Todo esto se convirtió en el punto de partida del psicoanálisis, al que se dedicó ininterrumpidamente el resto de su vida. Freud postuló la existencia de una sexualidad infantil perversa polimorfa, tesis que causó una intensa polémica en la sociedad puritana de la Viena de principios del siglo XX y por la cual fue acusado de pansexualista. A pesar de la hostilidad que tuvieron que afrontar sus revolucionarias teorías e hipótesis, Freud acabaría por convertirse en una de las figuras más influyentes del siglo XX.