A lo largo de las diferentes etapas de su trayectoria poética, Pere Font ha investigado y descartado la lingüística, la pintura y la filosofía como instrumentos validos de conocimiento, ya que, según él, con ellos no pensamos por nosotros mismos, sino por medio de ideas ajenas heredadas a través de la tradición. Se trata de un proceso de despojamiento intelectual que tiene como objeto llegar a encontrarse cara a cara con la sencillez primigenia de la realidad, en un anhelo cíe lograr una comunión sin prejuicios ni ataduras con el mundo en su materialidad más simple. Una comunión que, paradójicamente, sólo puede entenderse a través de la filosofía y expresarse por medio de los instrumentos del lenguaje poético o de la pintura. En esa paradoja se resume el gran misterio cíe la poesía: en su capacidad de sugerir por medio de la imagen lo que las palabras no siempre pueden nombrar directamente. Jorge Martí