SPINOZA, BARUJ
Esta obre reúne, en un único volumen, las Obras
completas de Spinoza, así como sus cinco Biografías,
el catálogo de la Biblioteca de Spinoza y las
Noticias sobre el autor.
Ante el lector comparece, por tanto, el pensamiento
íntegro de un filósofo determinante en el
devenir de la modernidad, pero junto con él laten
también todos los conflictos teóricos, éticos y religiosos
de su época, reveladores de que no hay auténtico
compromiso con la verdad si este no se haya
sustentado en una defensa inquebrantable e innegociable
de la libertad.
Los textos de Spinoza aquí editados son, por tanto,
los siguientes:
Tratado breve.
Principios de filosofía de Descartes.
Pensamientos metafísicos.
Tratado de la reforma del entendimiento.
Ética.
Tratado teológico-político.
Tratado político.
Correspondencia.
Esta edición, cuidadosamente preparada por Atilano Domínguez, que traduce sin intermediarios
del latín y del holandés, se encuentra precedida por una rigurosa introducción a la vida y al
pensamiento de Spinoza. La introducción se complementa con una cronología de Spinoza y con
una bibliografía sistemática. Por su parte, todas las obras cuentan con un amplio aparato de notas,
esclarecedoras de aspectos textuales, históricos y doctrinales del legado de Spinoza. Asimismo,
el volumen incluye un índice analítico integrado de las Obras y las Biografías. Sus centenares de
entradas permiten que el lector pueda localizar, de forma cómoda y ágil, todos los ejes conceptuales
que estructuran la obra del filósofo.
Hijo de judíos portugueses, probablemente oriundos de España, nació en Amsterdam (1632) y murió en La Haya (1677). Un hecho decidió su vida y su obra: su expulsión de la comunidad judía (1656). Su vida, porque le forzó a dejar el comercio familiar por el oficio de pulidor de lentes y el estudio. Su obra, porque su «Tratado teológico-político» (1670) es una valiente apología teórica de la libertad de expresión, tanto religiosa como política; y su «Ética» es uno de los esfuerzos más colosales por realizar una síntesis entre la filosofía clásica y la ciencia moderna. Esas dos obras han mantenido siempre viva su figura, aunque con matices muy diversos. Durante el siglo XVIII, Spinoza fue acusado de ateo por unos y leído con pasión no confesada por otros, como lo desvelaría, al fin, el célebre debate sobre el panteísmo (1785-1786). Fue en ese ambiente romántico donde, por influencia de Hegel -«o Spinoza o ninguna filosofía»-, el siglo XIX inició (1802-1803) la serie de ediciones y traducciones, estudios históricos y teóricos que aún hoy mantienen vigencia. Sobre la base de ese riquísimo material, el siglo XX analizó la obra y la doctrina spinozianas, en una labor incesante y de detalle que continúa hoy día.