La escritora croata Slavenka Drakulic asistió a los juicios celebrados en 2003 en el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia en La Haya y escuchó los testimonios de las personas acusadas de asesinatos, violaciones, torturas o de dar órdenes de ejecución, entre otros terrores. «¿Quiénes eran? ¿Gente común y corriente como tú o como yo o monstruos?», se pregunta siguiendo la estela del trabajo de Hannah Arendt en Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad del mal. Slobodan Milo?evic ?expresidente serbio?, Radislav Krstic ?el primer condenado por genocidio en el proceso? y Biljana Plav?ic ?la única mujer acusada?son algunos de los protagonistas de este libro, que se publicó originalmente en 2004 y que ahora rescatamos y actualizamos con un epílogo de Marc Casals. Con claridad y emoción, Drakulic pinta un retrato doloroso de un país innecesariamente desgarrado. «Una escritora cuya voz es patrimonio del mundo». Gloria Steinem «Slavenka Drakulic ha escrito un relato profundamente personal y lúcido. Da vida a quienes destruyeron Yugoslavia: gente mediocre que cometió crímenes
Slavenka Drakulic nació en 1949 en Croacia. Se graduó en sociología en la universidad de Zagreb, y escribe en serbocroata y en inglés. Es periodista -colabora en los más prestigiosos periódicos internacionales-, ensayista -ha analizado agudamente los problemas de la Europa oriental poscomunista- y novelista. En esta colección se ha publicado El sabor de un hombre: «El lector queda atrapado por un estilo magnífico, de un lirismo clarividente y desolador, por una historia sabiamente narrada, fuerte hasta los límites, que no se borrará fácilmente de la imaginación del lector» (Beatriz Herranz, El Cultural); «Una inteligencia tan refrescante y estimuladora cuanto exquisita y francamente cruel» (Antonio Ortega, Abc); «Una obra envuelta en el hálito de la transgresión de un tabú fundamental: no comerás a los individuos de tu propia especie. Remite a El último tango en París e incluso a El imperio de los sentidos» (José María Cobos, El Periódico); «Una escritora cuya voz es patrimonio del mundo» (Gloria Steinem).Foto ©Aufbau-Verlag