Oso Pequeño no se puede dormir porque tiene miedo de la oscuridad. Oso Grande va encendiendo lámparas pero Oso Pequeño sigue sin dormirse. Hasta que Oso Grande tiene una idea... Ilustraciones a lápiz y acuarela, graciosas y tiernas, que ocupan una o las dos páginas. Con frecuencia el marco de la página sugiere la cueva donde viven los osos. Los textos repetitivos, además de ser apropiados para lectores pequeños, tienen gracia. Cuento eficaz para contar por las noches y para «resolver el problema» de dormirse, es también una lección de psicología infantil y de relación padrehijo entrañable: el padre es paciente y se toma en serio al niño, el niño es consciente del cariño y de la atención de su padre. Un interesante matiz añadido es la sutil incitación a la lectura: Oso Pequeño ve a Oso Grande leyendo, y éste sabe dejar el libro por atender a Oso pequeño.