Una buena pluma también puede recordarnos los momentos más felices de nuestras vidas, e introducir nobles ideas en nuestros cuartos de estudio, en nuestra sangre y en nuestras almas. Puede transformar la tragedia en esperanza y victoria. DE UNA CARTA A ZINDZI MANDELA, ESCRITA EN ROBBEN ISLAND, 10 DE FEBRERO DE 1980
Nelson Mandela representa para millones de personas el triunfo de la dignidad y de la esperanza sobre la desesperación y el odio, de la autodisciplina y el amor sobre la persecución y la ignominia. Su extraordinaria vida consagrada a la lucha contra la opresión racial lo hizo acreedor al premio Nobel de la Paz y lo alzó a la presidencia de su país.
Desde su triunfal puesta en libertad en 1990 se convirtió en el centro del acontecimiento político más complejo y alentador de los últimos tiempos.