SALEM, CARLOS
Hace falta mucha brocha gorda y mucho hilo fino para trazar la línea que une los puntos de una vida. Hace falta valentía y anestesia, oficio y desgarro, reflexión e inconsciencia, para mirar de cerca la hoguera en la que arden todas tus cosas. Pero no tu sombra. Escandar Algeet Carlos Salem se reinventa sin perder su inconfundible esencia y nos regala versos con los que arroparnos en las noches frías y marcharnos de viaje al centro de la Tierra. Raquel Lanseros Carlos Salem, desarraigado y en tránsito... Y, sin embargo, cada vez que lo leo, su escritura me dice que estoy en casa: en la casa de las fiestas y las desapariciones. La escritura, como frágil techo construido por nuestras manos, nos protege, nos guarda, nos reúne. Marta Sanz Carlos nos recuerda que somos las casas que hemos vivido. Los actos en presente continuo, renaciendo. Y la divina ignorancia de todas las que vendrán. Jesús Urcelay important e en una persona enferma.ad de una genealogía propia ùvital y culturalù en Donde la ebriedad. Redención aclara su lenguaje, lo baja al s
CARLOS SALEM Carlos Salem Sola (Buenos Aires, 1959)
Reside en España desde 1988. Hasta los treinta años, cuando se dedicó de lleno al periodismo, compaginó esta profesión con actividades como camarero, taxista, librero, conserje de hotel, creativo publicitario, y otras ocupaciones muy diversas. Su trabajo periodístico en España lo llevó a dirigir periódicos en Ceuta, Melilla y Murcia y colaborar con varios medios nacionales. No comenzó a publicar sus trabajos literarios hasta 2007, pero desde entonces han salido a la luz cuatro novelas, dos colecciones de relatos y tres poemarios. Varias de ellas han sido traducidas al francés y al alemán. También dirige talleres de escritura. Es autor, entre otros, de Cracovia sin ti, Pero sigo siendo el rey, Camino de ida y Matar y guardar la ropa.