RAMOS GARCÍA, PEDRO A.
Ingredientes: Un autor de novelas eróticas. Una presentadora de televisión capaz de enamorarse de una foto. Media mujer de su casa (a ser posible una entera). Un amigo homosexual y rubia con carrera universitaria. Una pizca de cantautor cubano. Elaboración: Se deja macerar (a solas) el autor de novelas eróticas durante seis capítulos y luego se le despide. Acto seguido, se le pone a tiro una presentadora de televisión lo suficientemente maciza y enamorada de él: Cuando estos dos se hayan puesto morados, se enfrenta el autor con la media mujer de su casa, pero sin dejar que llegue la sangre al río. Posteriormente se mezcla con el amigo homosexual y rubia, evitando (sin conseguirlo) que este se confiese enamorado del protagonista. Cuando todo esté bien caliente, se añade la pizca de cantautor cubano y se deja reducir hasta que suene el teléfono. Se sirve durante un eclipse del ochenta por ciento.
Empecé a contar historias desde muy pequeño. No llegaba al suelo del sofá en el que estaba sentado, cuando descubrí el poder de la palabra. Mi primera espectadora fue mi madre, que tuvo que dejar lo que estaba haciendo, planchar, para escuchar la pequeña mentira que solo yo creía verdad. Desde entonces, no he parado de hacerlo. He sido hermano mayor, estudiante con buenas notas en Vallecas, universitario pluriempleado, geofísico, publicista, director de diferentes proyectos audiovisuales, lector editorial, guionista, autor de dos obras de teatro, profesor de escritura. En resumen: leo, escribo y sueño en múltiples formatos.