Manos patológicas en la pintura se encuadra dentro de lo que se conoce como «la diagnosis en el lienzo» o lo que es lo mismo, el diagnóstico retrospectivo de dolencias a través de representaciones pictóricas. El doctor Juliá se sirve de las obras de grandes maestros de la pintura como Rubens, El Greco, Rafael, Durero, Velázquez, Rembrandt, Berruguete, Da Vinci, etc., para señalar la presencia de diferentes enfermedades ligadas a las manos. El autor señala que,la elección de la mano como eje de la obra constituye un homenaje a la memoria de su padre, el cirujano Ramón Juliá.
Manos patológicas en la pintura se presenta como un texto de tono divulgativo, jalonado de curiosas anécdotas y leyendas sobre la vida de los artistas, que pretende acercar al público a la pintura desde una perspectiva diferente.
Justo Juliá Bueno nació en Cádiz, en una familia de tradición médica. El ejemplo de su padre, cirujano, le hizo recapacitar sobre la prodigiosa capacidad constructiva de las manos en los ámbitos quirúrgico, artístico, artesanal, deportivo, etc. Licenciado y doctorado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de la Universidad de Cádiz, hasta su jubilación ejerció su profesión en el Hospital Universitario Puerta del Mar, donde fue jefe de la Sección de Traumatología y Ortopedia. Ha sido profesor de la Facultad de Medicina de Cádiz e impartido docencia en la Escuela Universitaria de Enfermería de la misma ciudad. Justo Juliá Bueno es académico corresponsal de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Cádiz y miembro emérito del SAS. Actualmente consagra su tiempo a sus otras grandes pasiones, su familia —en especial a su esposa— el saber y la cultura. Es ateneísta de número del Ateneo Artístico, Científico y Literario de Cádiz y miembro de la Asociación Cádiz ilustrada.