EN 1864 JORGE LORING se dirigía al Ayuntamiento de Málaga para que los restos arqueológicos propiedad del Consistorio y depositados en el cementerio, se unieran a los suyos y pasaran a formar parte del jardín arqueológico que pensaba montar en su finca de La Concepción. Su propuesta se basaba en la solicitud de un depósito temporal, pues conocía la intención del Ayuntamiento de crear un Museo Municipal que contaría con una sección arqueológica. El Museo Municipal se inauguró en 1879 pero en él nunca tuvieron cabida dichos restos arqueológicos.