Los indiferentes es la primera novela de Moravia, publicada en 1929 cuando el autor tenía solo veintiún años, y la que le consagró, a edad tan temprana, como uno de los grandes autores contemporáneos. Considerada como la primera novela existencialista, narra las reacciones de una familia burguesa ante su inminente ruina. La madre, Mariagrazia, se aferra a su aburrido y poco escrupuloso amante, Leo, quien codicia sexualmente a la hija de Mariagrazia, Carla, aunque los celos de la madre se concentran en su amiga Lisa, quien a su vez persigue al hijo de Mariagrazia, Michele, verdadero protagonista de esta compleja trama de deseos, cuyas reacciones arrastrarán el drama hasta su desenlace.
Alberto Moravia, pseudónimo de Alberto Pincherle (Roma 1907-1990) empezó su actividad en 1927 colaborando en la revista 900. Todavía muy joven y convaleciente de una tuberculosis, comenzó a escribir acerca de las dificultades morales de las personas socialmente alienadas. Trabajó durante muchos años en Il Corriere della Sera y representó a Italia ante el Parlamento Europeo desde 1984 hasta su muerte. Desde su primera novela, Los indiferentes, se perfila una trayectoria narrativa caracterizada por la descripción y la crítica frontal de los vicios de la sociedad del siglo XX, más allá del naturalismo o del realismo decimonónico. Un distanciamiento pesimista y amoral vuelve a aparecer en Las ambiciones defraudadas, El desprecio y La mascarada, gracias a un estilo narrativo deliberadamente monótono, gris, preciso. Además de estos títulos también escribió La romana, Agostino, El conformista, La campesina y El tedio; y varios libros de viajes y recopilaciones de artículos periodísticos.