La publicación de Los diablos sueltos supone un hito en la consolidación de la historia de la literatura española, en la que el exilio aún queda por integrarse de manera canónica y articulada. La incorporación de esta obra es todavía más relevante al tratarse de un testimonio escrito por una mujer. Así, recuperar esta parte del exilio significa, además de reconocer a la mujer como sujeto histórico, la posibilidad de avanzar en el proyecto satisfactorio de reivindicar obras escritas en los márgenes de la nación y del género. Obras que están aportando la visión más renovadora de la literatura actual y que ayudan al avance de nuevos retos necesarios para la supresión de los gastados estereotipos gestados por la literatura entregada a la lógica del mercado de consumo. Interesante, dinámico, sorpresivo y espectacular podrían ser los rasgos que definen este testimonio. Pero su singularidad más atractiva es, quizás, el hecho de que es el género, el deseo y la realización de la autora el que, siempre cuestionado, logra reivindicarse en la realización personal y política. J.M. Mada Carreño. Nacida en Madrid en 1914,
Mada Carreño. Nacida en Madrid en 1914, participó como joven periodista en el frente republicano; y después de la contienda partiría al exilio, a México, junto a su marido, el escritor Eduardo Ontañón, quien moriría, en España, años más tarde. Mada no volvió. Rehízo su vida en México, siguió colaborando como periodista para diversos periódicos y revistas mexicanas y se mantuvo siempre activa en medios culturales y políticos. Tuvo que compaginar su actividad profesional con la creación de una familia, como tantas otras mujeres del exilio. Su vida y su testimonio ejemplifican el devenir de ese gran sector de nuestra historia que, fuera del suelo patrio, cultivó la memoria como forma de supervivencia.