Así se expresa el padre de Vera y Nadezhda cuando habla con sus hijas de la mujer que acaba de conocer y con la que está dispuesto a casarse. La cosa no sería muy grave si el caballero en cuestión, de origen ucraniano, no tuviera ochenta y cuatro años, y la novia, recién llegada de un país del este de Europa, treinta y seis. Ingeniero de profesión, nuestro Nikolai tiene otra pasión además de Valentina: los tractores. Así, cuando hijas y yernos se presentan en su casa para lidiar con la situación, tienen que sufrir largas charlas dedicadas a la historia de la agricultura en Ucrania y a la aportación de ese maravilloso invento que fue el tractor... Entre tanto disparate, se va hilando la historia entera de la familia y afloran siniestros secretos largo tiempo guardados. ¿Conseguirá Valentina hacer realidad sus sueños de bienestar en los generosos brazos del anciano? El futuro de la joven es incierto, pero su presencia ha permitido a todos descubrir el pasado, un tiempo tan complejo y oscuro como los finos engranajes de una rueda de tractor.