Poeta, ensayista y traductor, Manuel Neila nació en Hervás (Cáceres), en 1950. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Oviedo, donde se licenció en Filología Románica. Dedicado desde su juventud a la enseñanza de la Lengua y la Literatura Españolas, colabora habitualmente en diferentes publicaciones literarias y culturales. Recogió sus primeros libros de poemas en el volumen Huésped de la vida (2005) y los seleccionó en El camino original. Antología poética, 1980-2012 (Renacimiento, 2014), a los que añadió después dos nuevos volúmenes: Sendas de Bashô (2018) y Fuentes de la edad (2021). La trayectoria de Manuel Neila, reunida ahora en Las horas sucesivas. Poesía 1978-2022, remite a una poética que soslaya los exclusivismos tradicionales, una poética inclusiva, en la que tienen cabida: la maravilla de las cosas, el misterio de la conciencia y el milagro de la palabra, sin olvidar el efecto del poema en los lectores implicados. Sus composiciones suelen empalabrarse bien al ritmo recurrente del verso tradicional, bien al ritmo sincopado de la prosa poética. Sus poemas presentan unas veces la alada levedad del haiku, y otras la risueña gravedad del aforismo. No es infrecuente que sus versos concilien la espiritualidad oriental y la racionalidad de Occidente.
«Todo en El camino original está hecho de observación de la naturaleza, de temblor delicado ante el paso del tiempo, de trazos y de signos sencillísimo que ocultan una rara sabiduría milenaria, de talento constructivo, de perfección métrica (sus haikus y sus tankas son, siempre, magistrales), del bisbiseo susurrante que caracteriza su dicción». Luis Alberto de Cuenca
«La poesía de Neila es coloquial del mismo modo que lo es la de Cernuda o la de Leopardi. Sin concesiones a la actualidad, pero tampoco a barroquismos o surrealismos. La voz de Neila se quiere machadiana, clara para hablar de lo hondo». Martín López-Vega
Manuel Neila nació en 1950 en Hervás (Cáceres). Pasó su juventud en Asturias, y estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Oviedo, donde se licenció en Filología Románica. Colabora habitualmente en revistas literarias como Clarín, Turia, Cuadernos hispanoamericanos, Claves y Quimera. Poeta cauteloso y casi secreto, se decantó enseguida por la poesía esencial y el silencio del que emerge. Tras los poemas de Clamor de lo incesante (Jugar con fuego, 1978), con los que se dio a conocer, fue incluido en la antología Las voces y los ecos (Ediciones Júcar, 1980).