BENEDICTO XVI / JOSEPH RATZINGER
«He aquí el último y sentido llamamiento de Benedicto XVI para que Europa redescubra y reafirme su verdadero origen e identidad que la han hecho grande y modelo de belleza y humanidad. No se trata de imponer las verdades de la fe como fundamento de Europa, sino de hacer una elección cabal, reconociendo que es más natural y justo vivir «como si Dios existiera» que «como si no hubiera Dios». Al igual que en un pasado no muy lejano el papa Juan XXIII hizo un llamamiento a las grandes naciones de Europa y Occidente para evitar una devastadora guerra nuclear, hoy el papa emérito Benedicto XVI se dirige por última vez a toda Europa y Occidente para que, redescubriendo su propia alma, puedan salvarse a sí mismos y al mundo de la autodestrucción. «Con la claridad, la inmediata accesibilidad y a la vez la profundidad que le caracterizan, el Papa emérito traza magníficamente esa idea de Europa que ha inspirado, sin duda, a sus Padres fundadores y que está en el fundamento de su grandeza y cuya definitiva ofuscación sancionaría su completo e irreversible declive» (Francisco).
«El movimiento ecológico ha reconocido y descubierto el límite de lo que se puede hacer, ha descubierto que la naturaleza nos marca un límite que nosotros no podemos ignorar impunemente. Por desgracia, la ecología del hombre no se ha vuelto todavía concreta. También el hombre tiene una naturaleza que le es dada; y el negarla o violentarla conduce a la destrucción» (Benedicto XVI).
Joseph Ratzinger nació en 1927, en Marktl am Inn, Baviera (Alemania), hijo de un oficial de policía, y estudió en un seminario, a pesar de que su familia no se lo podía permitir. En marzo de 1939, el régimen exigió a los seminaristas la afiliación obligatoria a las Juventudes Hitlerianas y a los dieciséis años fue llamado a filas. Desertó en los últimos días de la guerra, pero fue hecho prisionero por soldados aliados. Como seminarista hizo su examen de bachillerato en Chiemgau-Gymnasium, en Traunstein. Estudió Teología Católica y Filosofía enla Universidad de Teología y Filosofía de Freising, y en las de Múnich y Friburgo. Fue consultor teológico del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia, durante el Concilio Vaticano II y más adelante fue arzobispo de Múnich. Domina cinco idiomas, es miembro de varias academias científicas de Europa y ha recibido ocho doctorados honoris causa de diferentes universidades (entre otras, la de Navarra). En 1977 fue nombrado cardenal por el Papa Pablo VI y en 1981 Juan Pablo II le designó prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El 19 de abril de 2005, tras el fallecimiento de Juan Pablo II, fue elegido como el 265.º Papa. fallecimiento de JuanPablo II, fue elegido como el 265.º Papa.