Los criminales ejecutados en el patíbulo fueron objeto de un culto muy singular en Sicilia. Asesinos, violadores, parricidas, ladrones
eran venerados como mártires. Esta extraña devoción fue objeto de estudio de antropólogos y folkloristas que señalaron su origen en los años en que la isla estuvo sometida al dominio español. De ahí el mito del origen español de la Mafia, que carece de fundamento, si bien es cierto que los testimonios más antiguos de la devoción a los santos criminales se sitúan justamente en el siglo xvii. Desde entonces, el público que asistía a las ejecuciones consideró a los condenados a muerte como ánimas protectoras, semejantes a las ánimas del Purgatorio. Este significado nacía de la labor de una cofradía, los blancos de Palermo, cuya acción redimía a los pecadores y los limpiaba del mal, convirtiendo a los criminales en afligidos. En este libro se explica este fenómeno y los intentos reformistas de la corona española que en 1672 trató de desligar la pena capital de toda connotación devocional. Así mismo, dicho intento fue parte de un amplio y ambicioso plan reformista que da una visión muy distinta a la que estamos acostumbrados,
un momento de gran dinamismo que contrasta con la imagen de abulia y decadencia con que se describe el reinado de Carlos II el hechizado.
Manuel Rivero Rodríguez (Madrid 1962). Catedrático acreditado de Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Madrid, especialista en el estudio de las relaciones entre España e Italia durante el Renacimiento y la Edad Moderna, es investigador del Instituto Universitario La Corte en Europa de la UAM y director de la Revista LibrosdelaCorte.es. Ha dirigido proyectos coordinados con las universidades de Catania, Pisa y Roma e impartido cursos y seminarios en Argentina, Italia y Francia.