El libro ofrece un acercamiento preciso a la teoría politica de Kant en el contexto de su práctica filosófica. Pese a la autonomía de la moral, del derecho y de la política, en su concepción existe una relación entre las tres actividades. Una vez establecido que las distinciones morales tienen un fundamento racional, el problema que enfrenta Kant es demostrar que las normas racionales pueden llegar a influir en el comportamiento de los individuos. Es menester, para ello, abandonar el nivel puro de su filosofía práctica y adentrarse en una antropología con sentido pragmático y asumir una perspectiva genética. Se sitúa en este nivel, pues, su teoría jurídicopolitica. Se parte en ella de la tesis de que el ser humano puede llegar a ser un buen ciudadano aunque no esté obligado a ser moralmente bueno. La teoría politica de Kant hace patente que es posible conjugar una visión realista con el horizonte utópico, propio del interés crítico de la razón. De acuerdo con todo ello, la exigencia de justicia, inherente a todo sistema legal, sólo puede realizarse a través de un proceso de larga duración, vinculado a la historia de los conflictos políticos.
