La Iglesia de los ortodoxos es una de las tres expresiones máximas del cristianismo. Desarrollada sobre todo en época medieval en la Europa oriental y sudoriental, ha quedado identificada habitualmente con esta área geográfica, si bien ha alcanzado en su expansión el Pacífico y el África negra, e igualmente Occidente, tras las grandes emigraciones económicas y políticas del siglo XX. Su escisión de Roma fue un proceso complejo que responde a causas culturales y políticas, también en parte teológicas, sobre todo en lo relativo al primado universal del papa. En realidad, son experiencias que han resultado complementarias durante el primer milenio cristiano y que podrían volver a serlo, como se explica en este volumen.
Olivier CLÉMENT, teólogo ortodoxo y profesor del Instituto de Teología Ortodoxa Saint-Serge de París, encontró en Taizé la superación de las limitaciones históricas y el testimonio de lo originario. En Taizé oran juntos jóvenes ortodoxos de Europa del Este y del Sudeste: es la Europa de la comunión de los santos.