Esta es la historia de una mujer, y es también la historia de su liberación, de la valentía necesaria que encontró cuando lo creía todo perdido, de la alegría y de la luminosidad que nos embarga cuando probamos a vivir sin ataduras, pensando sólo en el presente, viviendo con la intensidad que merece cada minuto. Y también es la historia de cómo, a través de la libertad, halló el placer y el amor más allá de las edades y los secretos.
Eugenia Rico (Oviedo, 1972) estudió Derecho y Relaciones Internacionales, así como Guión de Cine y Dramaturgia antes de dedicarse de lleno a la literatura. A los 11 años publicó su primer cuento en el Diario Región, posteriormente fundó la revista MULTIVERSIDAD, con el objetivo de animar la vida cultural de la Universidad ovetense. Viajó por Argentina y la India y residió en diferentes países. En 2000 publica su primera novela, Los amantes tristes, que obtuvo un reconocimiento unánime de la crítica y fue traducida a varios idiomas. Julio Llamazares dijo de ella "que era la mejor prueba de que sí hay buenos escritores jóvenes en España" y fue escogida entre las mejores primeras novelas del año 2000 por la revista Leer, El Cultural del diario El Mundo y El Periódico de Catalunya. A partir de ese momento es colaboradora habitual de la prensa y de diversas revistas, especializadas sobre todo en temas de viajes y solidaridad. Su siguiente trabajo, la novela La muerte blanca, le reporta el Premio Azorín en 2002 y fue considerada una de las mejores novelas del año por El Cultural. En 2003 fue una de las escritoras invitadas al Transcantábrico Cultural, experiencia convertida en el libro Sobre raíles. Sus relatos están incluidos en antologías como Muelles de Madrid, Que la vida iba en serio o La Paz y la Palabra. Sus poemas han sido incluidos en la Antología de Poesía Femenina del siglo XX Mujeres de carne y verso. Su obra consiguió el reconocimiento de la Academia de España en Roma.