Existe una filosofía oriental? Se diferencia de la filosofía occidental, o comparte con ésta concepciones de la realidad, metodologías y objetivos? A estas preguntas se enfrentaron los pensadores occidentales y orientales desde fines del siglo XVIII, época en que las relaciones culturales entre Oriente y Occidente comenzaron a ser más fluida. En Japón muchos se sintieron subyugados por el pensamiento europeo y encontraron puntos en común con algunas de sus propias doctrinas, otros trataron de parapetarse detrás de las murallas de su propio pensar para defenderse de una posible "invasión filosófica" por parte de Occidente. No fue este el caso de Kitaro Nishida (1870-1945) a quien debemos Indagación del bien, la primera gran síntesis creativa de las concepciones filosóficas de ambas culturas. Con una actitud crítica hacia Occidente y revisionista hacia Japón, Nishida va señalando similitudes y diferencias acudiendo en su ayuda a la autoridad de los grandes filósofos, orientales y occidentales, para arribar finalmente a conclusiones que señalan la búsqueda común del hombre. Esta obra, que consagró a Kitaro Nis
Kitarô Nishida nace en 1870, en Mori (Japón). Estudia filosofía en la Universidad imperial de Tokio, donde, gracias a la apertura cultural vivida por Japón durante la era Meiji, pudo entrar en contacto con la filosofía occidental, en especial con autores como Kant, Hegel, Bergson, James y Hume. Tras su graduación contrae matrimonio y, además de profundizar en la práctica del zen, trabaja como profesor de secundaria y en distintas universidades. En 1914 consigue plaza de profesor de filosofía en la Universidad de Kyoto. Con él se inicia la escuela filosófica de Kyoto. En 1940 es galardonado por el Gobierno de su país en reconocimiento a su contribución a la cultura japonesa. Muere en 1945. De entre sus numerosas publicaciones, que abarcan los más dispares temas, destacan «Ensayo sobre el Bien» (1911); «Intuición y reflexión en la autoconciencia» (1987) y «Auto-despertar. El sistema de los universales» (2017).