ESPINO, ISRAEL J.
Es creencia antigua que las almas de los muertos se mueven errantes con el viento. De hecho, existe desde tiempos inmemoriales el convencimiento de que hay legiones y ejércitos de almas en pena que se trasladan en las tempestades, en las nubes, en los huracanes o en el aire nocturno. Y es que el fenómeno espectral de «La Cacería Salvaje» y sus distintas formas de manifestación, como hordas que pueblan las noches invernales, es un fenómeno que atraviesa siglos y kilómetros, y que aún se mantiene vivo en algunos lugares de Europa y de España con diferentes nombres. Viajaremos por Europa y buscaremos al Ejercito Salvaje en las frías tierras escandinavas, a los jinetes sin cabeza en los valles germánicos, a las ruidosas cacerías salvajes en las landas francesas, a los cortejos de las Buenas Damas de la Noche en las montañas italianas y alpinas y a los infernales sabuesos sobrenaturales en los desolados páramos de Gran Bretaña. Recorreremos España porque a lo largo de los siglos, en los caminos, se han podido contemplar a ras de tierra o sobre el aire, a pie o a caballo, una tropa desconocida que recibe numero