Todo se desmorona en una ciudad que padece muchos de los malos sueños de nuestra actualidad. El desorden impera como un arrebato aniquilador de la vida cotidiana, y nada se mantiene en pie debido a unos sucesos que precipitan la debacle, el tragicómico exterminio de aquellas normas que amparaban nuestra convivencia. La realidad es más frágil e imprevisible de lo que pensábamos, y hay muchas dosis de maledicencia y calentura en las revelaciones de quien protagoniza esta farsa, un desenfadado gacetillero que todo lo observa desde las esquinas de su vigilancia. La fábula está servida, muy en el límite de lo que nos tiene acostumbrados su autor, con ese humor disolvente que pone en solfa los comportamientos políticos y morales de un mundo desquiciado.
Luis Mateo Díez nació en Villablino, León, en 1942. Su primer libro de cuentos, Memorial de hierbas, apareció en 1973. Alfaguara ha publicado sus novelas Las Estaciones Provinciales (1982), La Fuente de la Edad (1986), con la que obtuvo el Premio Nacional de Literatura y el Premio de la Crítica, Apócrifo del clavel y la espina (1988), Las horas completas (1990), El expediente del náufrago (1992), Camino de perdición (1995), La mirada del alma (1997), El paraíso de los mortales (1998), Días del Desván (1999) y Fantasmas del invierno (2004). Sus fábulas están reunidas en El diablo meridiano (2001), El eco de las bodas (2003), El fulgor de la pobreza (2005) y Los frutos de la niebla (2008). Y todos sus cuentos están recogidos en El árbol de los cuentos (2006). El libro El reino de Celama (2003) reúne sus tres novelas ambientadas en ese lugar imaginario. Y con La ruina del cielo (2000) obtuvo el Premio Nacional de Narrativa y el Premio de la Crítica. Azul serenidad o la muerte de los seres queridos (2010) es su último libro. Luis Mateo Díez es miembro de la Real Academia Española y Premio Castilla y León de las Letras.