Los relatos que componen este libro abren nuestros ojos al universo animal y nos invitan a contemplar sus seres. Admirados unos, temidos otros y desconocidos la mayoría, en estas páginas todos piensan, sienten y tienen conciencia de su propia finitud. Otros de los personajes son niños desamparados que han recibido en la calle apodos de animales, y al llevarnos a este doble mundo, el de los animales y el de los niños, el autor logra una riqueza de registros que va desde el reportaje a la fábula, sin que falten el humor y la ironía. Sobre un terreno tan propicio a las simplificaciones del saber popular, Sergio Ramírez asume la sobriedad del observador imparcial, y viene así a templar esa pasión fabuladora para hacer de estos personajes algo más que máscaras humanas. Ya sean metáforas del destino, apariciones extraordinarias o presencias cotidianas, estas criaturas de El reino animal, prodigiosamente vivas, son el espejo que devuelve al hombre su propia visión deshumanizada.
Sergio Ramírez ganador del Premio Alfaguara de Novela con Margarita, está linda la mar en 1998 nació en Masatepe, Nicaragua, en 1942. Es parte de la generación de escritores latinoamericanos que surgió después del boom, y tras un largo exilio voluntario en Costa Rica y Alemania abandonó por un tiempo su carrera literaria para incorporarse a la revolución sandinista que derrocó a la dictadura del último Somoza. Reemprendió la escritura con la novela Castigo divino (1988), que obtuvo el Premio Dashiel Hammet en España, y la siguiente, Un baile de máscaras, ganó el Premio Laure Bataillon a la mejor novela extranjera aparecida en Francia en 1998. Alfaguara ha publicado también sus Cuentos completos, con un prólogo de Mario Benedetti (1998)