GONZÁLEZ ARÉVALO, RAÚL
La conquista de Málaga en 1487 trajo consigo una ingente tarea de organización del espacio a todos los niveles: era preciso dotar a la ciudad de un gobierno municipal, así como de unos ingresos que llenaran sus arcas. Como directrices básicas los Reyes Católicos otorgaron las Ordenanças de 1489. Sin embargo, el proceso distó mucho de ser estático, y las necesidades del cabildo y de la ciudad se fueron manifestando en el transcurso del tiempo. Para resolverlas, en años sucesivos los monarcas concedieron distintos privilegios destinados fundamentalmente a solventar el problema endémico de una economía municipal insolvente. Algunos de los textos se vieron confirmados en el Privilegio de Málaga promulgado en 1501, reproducido y analizado en el presente trabajo.
Raúl González Arévalo es profesor titular de Historia Medieval en la Universidad de Granada. Autor de La esclavitud en Málaga a fines de la Edad Media (2006), también investiga sobre historia social y económica en el Mediterráneo y el Atlántico (siglos XIII al XVI).