Tomás Moreno, hoy cercano a los sesenta años de edad, pasa sus días rellenando páginas en las que rememora su niñez y su adolescencia en una barriada de la periferia de Madrid.
En esa retrospectiva se pone en relieve la ausencia de una madre que lo criase, la significativa huella de la zona industrial que rodeaba el barrio y, ya en la adolescencia, la temprana militancia en una organización ilegal, el posterior desencanto, los primeros escarceos con el amor y con el sexo. No está escribiendo su biografía, sino exorcizando los fantasmas que regresan del pasado.
Tomás Moreno recuerda como era su vida y la de sus vecinos en un barrio suburbial madrileño durante la década de los sesenta, los juegos infantiles, la crueldad innata de muchos de sus amigos y la búsqueda de amparo emocional en las personas mayores que le prestaban alguna atención. Reconstruye también su inadaptación a aquel mundo laboral, la iniciación cultural a través de la militancia, el descubrimiento del amor y del sexo en aquel entorno represor y reprimido y, en fin, todos aquellos factores que acabarán gestando el Tomás Moreno actual, el autor de un libro que podría no haberse leído nunca, pero que llega hasta nosotros con contundentes cargas de profundidad.