En la tradición tibetana, los mandalas son dibujos mágicos que representan al mismo tiempo tanto al ser humano, como a la totalidad del universo y también a la Divinidad. Ahora, el mundo occidental ha descubierto que el hecho de colorear mandalas tiene notables repercusiones benéficas. Nos ayuda a centrarnos cuando estamos dispersos o perdidos y a hallar la calma en medio de las tormentas de la vida. Especialmente en los niños, sus efectos son sorprendentes: el hecho de colorear mandalas estimula en ellos la concentración y el aprendizaje, favorece el descanso y el sueño, facilita la comunicación y potencia su creatividad. En Septiembre salen a la luz los dos primeros títulos de la serie de los Mandamagos Mandalas para Niños , cuya autora es la especialista Lys García.