1 . Cuando invitas a cenar a tus amigos, se ofrecen para traer las entradas, el plato principal... y el postre. 2. Tienes la sensación de que necesitas un traductor para leer las mejores y más sencillas recetas de los grandes chefs. 3. Cuando llamas por teléfono a Pronto pizza o a Sushi en casa, ya no o identificas, solo dices: «¡Hola, soy yo!». 4. Inspeccionar los armarios de tu cocina se parece basante a una expedición arqueológica (para datar algunos produros habría que recurrir al carbono 14), 5. Te asusta más la idea de preparar una cena para tu suegra que la de hacer puenting en el Gran Cañón del Colorado. 6. Y, sin embargo, no dejas de repetirte que nada te impide convertirte en una «cocinillas». Sesenta recetas, fáciles, modernas, muy bien explicadas, que le permitirán a las chicas no muy desenvueltas en la cocina salir airosas en cualquier circunstancia.
