HARRY CREWS / SAINZ JAIO, IBAN (Ilustración)
Pete huye de un pasado lacerante, trabaja a destajo en un almacén de carga y evita cualquier tipo de contacto humano. No quiere que nadie le salpique con sus problemas. Y todo le va más o menos bien hasta que Sarah, la extraña muchacha de la casa de al lado, se cruza en su camino. Entonces, de golpe y porrazo, su vida da un vuelco. La tranquilidad y la monotonía se vuelven noches sin dormir, incursiones en los pantanos dominados por una secta rastafari, muerte y desesperación. Y todo ello, por un amor que dejará su corazón lleno de cicatrices.
Estuvo en la guerra de Corea. Durante su primer año en el ejército fue campeón de los pesos ligeros en su regimiento y le rompieron la nariz al menos 6 veces. Practicó karate durante 27 años. Su primer hijo murió ahogado. Entrenó halcones. Le gustaba la cetrería. Tenía un verso de E.E. Cummings tatuado en el brazo. Bebió mucho y se drogó lo suficiente. Hasta los 47 no tuvo su primera resaca. Admitía no ser una persona divertida. Él mismo se reía bastante poco. Todo su humor se encuentra en sus más de 20 libros. Murió en Florida, a los 76 años, por complicaciones de una neuropatía.