Cuando, en 1951, un escritor llamado Dashiell Hammett limpiaba letrinas en una repugnante cárcel` de Kentucky, en los Estados Unidos culminaba una operación que inoculó para siempre el miedo en el país. Eran los años de la caza de brujas, de los inicios de la guerra fría. Ciertamente, en 1951, Hammett era ya un escritor célebre. Había empezado a escribir en los años veinte, y 1o hizo para revistas populares de consumo masivo, los pulp que tanto triunfaron en aquellos Estados Unidos que se dirigían hacia la Gran Depresión. Utilizando los recursos de una cultura de evasión que perseguía la distracción popular, Hammett cambió los contenidos del género de las historias de detectives, y lo hizo mostrando la corrupción moral y política en que vivía el país, la connivencia entre el capital y el delito, la mugre que se escondía tras los brillantes decorados y las luces de un país que se preparaba para poner al resto del mundo de rodillas. Había nacido la novela negra. Apasionado y contenido, contradictorio, bebedor, firme en sus convicciones, honesto, Hammett se comprometió con muchas causas justas, desde la solidaridad con la república española hasta el combate contra el fascismo y el nazismo. Afiliado al partido Comunista, Hammett luchó en dos guerras mundiales, compartió su vida con Lillian Hellman y murió en la pobreza. Todo eso, y, Hollywood, las compañías cinematográficas, Truman y el anticomunismo, la, guerra fría, McCarthy y la caza de brujas, la vida de Hammett, desfilan por las páginas de este libro.