ROUSSEAU, JEAN JACQUES / ROUSSEAU, JEAN-JACQUES
Herborizar fue siempre la gran pasión de JeanJacques Rousseau. ajo su pluma, el arte de la descripción alcanza una extraña fuera. Crucíferas, papilionáceas, labiadas, liliáceas o umbeiíferas dibujan un poético herbario. Ofreciéndonos un verdadero conocimiento su palabra nos recuerda constantemente que la paciencia es reina y que hay un arte de mirar las cosas. Este arte, eI de la botánica, con todo lo que conlleva de moral, de soledad, de ilusión y ensueño, nos permite reconciliarnos con nosotros mismos y con el mundo. «A cualquier edad, el estudio de la naturaleza debilita el gusto por las diversiones frívolas, previene el tumulto de las pasiones y Ileva al alma un alimento que la aprovecha, Ilenándola del más digno objeto de sus contemplaciones».
JEAN JACQUES ROUSSEAU La vigencia del pensamiento de Jean-Jacques Rousseau (1712-1788) sigue residiendo en su capacidad para mostrar en la vida de un hombre la coexistencia de la sociabilidad y la agresividad, y en el progreso científico la voluntad de opresión que encierra. En su obra, coexiste la propuesta de un modelo de formación con la conciencia de que no es posible diseñar un modo único de vida humana aceptable