Cuento popular birmano adaptado e ilustrado por Iván Prieto, que trabaja ilustrando con figuras tridimensionales. El libro habla de que una casita de sal donde vivía una viejita, toda de sal, y un viejito, todo de azúcar. Una historia sin fronteras, sin tiempo y sin edad.Una historia sobre nuestras relaciones con los demás,hablandode nuestras diferencias y de nuetros encuentros.La estética de los viejos rompe totalmente con la clasica de los cuentos,de personajes o demasiado edulcorados o malvados,estos son entrañables