«Desde la caña del Cheyenne, veo cómo algunos compañeros cargados con herramientas aparecen y desaparecen tragados por el canopy, la cúpula pintada de estridente amarillo que protege el acceso al inte rior del casco de estribor. El motivo más que justificado para tanta actividad es que hemos descubierto una avería grave a bordo. Tan seria como para evaluar en un 50 por ciento el riesgo de que nos vayamos a pique. De nuevo, un artero golpe del destino se interpone en nuestra navegación alrededor del mundo cuando ya paladeábamos el final a tantos esfuerzos». Así de impactante comienza el relato del regatista español Guillermo Altadill sobre una de sus múltiples aventuras en una regata de vela oceánica. Pero, para llegar a estas duras competiciones deportivas actuales, hemos de hacer un recorrido por la navegación y por los marinos que han protagonizado la historia a lo largo de los siglos y a quienes debemos tanto todos, amemos o no el mar. Desde el portugués Magallanes y el español Elcano, que consiguieron entre 1519 y 1522 rodear el globo navegando hacia el Oeste, hasta la vuelta al mundo del corsario inglés Francis Drake a bordo del famoso galeón Golden Hind entre 1577 y 1580 (que él trató de hacer pasar por la primera circunnavegación de la historia). O desde el inglés James Cook, que buscó durante años el continente antártico hasta que desistió en 1775, hasta William Bligh, quien pasaría a la posteridad como uno de los protagonistas principales del motín más famoso de la historia naval a bordo del Bounty en 1789 o uno de los piratas más famosos de todos los tiempos, Barbanegra. Viajes y personajes que se sucedieron entre los siglos XV y XVIII y que nos abrieron un nuevo horizonte para la navegación actual.
